Resulta realmente desalentador el VIII Salón Nacional de Escultura del ICPNA.En primer lugar declararlo desierto nos parece una mezquindad habiendo trabajos merecedores del premio como los mismos que han ganado menciones u otros escultores como es el caso de Claudia Salem o Pedro Abel Salazar (por mencionar sólo dos).
Habiendo tan pocos concursos para una disciplina tan difícil no sólo en términos de mercado,consideramos que se debió otorgar el premio.Segun el texto del jurado no consideran ningún trabajo "premiable"o "sin representar logros del tipo que marcan un punto de inflexión en la relación de un creador con su obra".Mis preguntas son: ¿no será demasiada alta la exigencia con los concursantes?,¿no se debería premiar teniendo como tope las obras que se han enviado al concurso?...
Con respecto al montaje,no permitió que las obras electrónicas de Hernán Colán funcionaran.Y la tercera mención honrosa la retiraron antes de terminar la muestra.
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