1963.
Rosario, Argentina
Siguiendo un hilo conductor que bien podría narrar el
desarrollo de la pintura materica, o más bien intentar aunar un tipo de pintura
que tiene su máxima expresión en el lenguaje de los materiales, podríamos
considerar a Fabián Marcaccio como uno de los artistas que más novedades ha
aportado a este lenguaje. Si pensamos que tal procedimiento puede ser una
fuente común de expresión de pintores tan diversos como Dubuffet, Tàpies o
Barceló, para los que parte del contenido de la obra tiene su protagonismo en
la propia pintura, así como en la manera en la que ésta ha ido a parar al propio soporte, es decir,
el gesto, la manera en la que la acción de pintar determina la propia obra,
Marcaccio además añade en buen grado el concepto de la abstracción generado por
la propia naturaleza de los materiales.
El sacar a la luz todo su contenido expresivo y utilizarlo en pos de una
obra que tiene mucho de narrativo incluso dentro de su propia abstracción es
una de las claves básicas para entender la obra de este pintor argentino
formado como filósofo, que parece estar a la zaga de la interpretación de la
materia, más allá de la física. Si compartimos la idea de que la pintura
evoluciona al ir tomando espacios que a priori no le pertenecen, siendo la
tridimensionalidad el más solado y el más imposible en base al concepto del
plano, Marcaccio le ha ganado la partida de manera paulatina, desde que comenzó
a practicar con la propia pintura pronunciados relieves hasta haber utilizado
nuevos materiales que le han permitido anular la bidimensionalidad de la
pintura y acercarla a una posible manera de entender la escultura.
De las pinturas matéricamente más sencillas de los 90, en
las que Marcaccio parecía limitarse a la yuxtaposición de varios elementos
sobre el plano, creando formalmente una acumulación de texturas, ha
evolucionado a los grandes murales ondulantes que practica en la actualidad.
Son los denominados Paintant Stories, en los que la pintura se despliega en
toda su magnitud, a lo largo de varios metros, revelando de manera más clara
las yuxtaposiciones conceptuales que Marcaccio pretende revelar ocn la
materialidad de su obra. De esta manera, tras una mirada rápida emerge el
aparente caos, del que mana de manera analítica una narrativa perfectamente
organizada y pensada que parece contradecir con su estructura la inmediatez del
gesto brusco y repentino; una explosión de pintura que nos atrapa, dinámica y
estática al mismo tiempo.
Un cúmulo de materiales que es al mismo tiempo metáfora de
otro tanto de contradicciones, que pululan entre la realidad y la ficción, y
nos hacen divagar en un continuo envolvente con forma de pintura que, como el
propio Marcaccio dice, usa el espacio pero su tema es el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario