Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


martes, 13 de noviembre de 2012

CILDO MEIRELES
1948,Rio de Janeiro, Brasil



 Este artista desarrolla su producción cuestionando, a través de una compleja exploración del espacio, los modos normalizados de la percepción, los grados de inteligibilidad sobre el devenir del mundo, y la capacidad del sujeto de intervenir en el. Anqué en sus instalaciones, objetos, esculturas y dibujos de fuerte arraigo conceptual predomina, a veces, una dimensión más formal-estructural, y a otras, una más sociopolítica, la conexión entre ambas es siempre posible. En los años 60, atraído por el Neoconcretismo , Meireles comenzó a ensayar una desestructuración del objeto de arte y a explorar los hiatos o fusiones entre arte y vida. Entre fines de esa década y la de los 70, particularmente en sus instalaciones, ligo muy estrechamente la interrogación por el lenguaje artístico y la circulación de la obra de arte con la interrogación del lenguaje artístico y la circulación de la obra de arte con la intervención política.



Desvió hacia el rojo (1967) invoca el fantasma de un periodista asesinado por la dictadura militar brasileña (1964-1984), en una progresión de tres espacios donde el color del título refiere cada vez más explícitamente a la muerte violenta: un living saturado de objetos virados al rojo, una sala semi oscura con una pequeña botella de la que brota un charco de tinta roja, y una última sala oscura con un lavado de cuyo grifo surge un chorro de agua también roja. Espacio virtuales: rincones (1967) propone un desacople perceptivo al presentar fragmento de un rincón domestico, el Angulo de cuyas paredes sugiere la existencia de un espacio inesperado mas allá del espacio euclidiano. Pero es el medio social mismo lo que convoca al artista a partir de 1970. Inserciones en cirulos ideológicos (1970), serie de intervenciones en botellas de coca cola y billetes de dólar y cruceiro con consignas en contra de la dictadura brasileña y el imperialismo estadounidense, es una obra clave del conceptualismo ideológico latinoamericano. En este caso la obra no consiste en el objeto en sí, sino en los intercambios que las consignas pueden provocar alterando el espacio naturalizado del poder(es decir, la ideología). En trabajos más recientes, Meireles acentúa su interés por desmontar el predominio de lo visual en la cultura y por aumentar la percepción del entorno generado en el espectador sensaciones de riesgo. Es el caso de Volátil (1980-1994), instalación que presenta una sala con el suelo cubierto de ceniza, una pequeña vela encendida, un sonido sibilante y un olor a gas cada vez más envolvente. En los 2000, su obra retoma el contenido político explicito, como en elemento que desaparece/Elemento desaparecido (pasado inminente) (2002), una acción desarrollada durante la documenta 11. Para la ocasión, varios vendedores ambulantes ofrecían por un euro helados de agua pura, con lo que se señalaba en qué medida de agua se torna objeto de disputa en un mundo en el que un elemento de supervivencia cada vez más escaso es fundamentalmente considerado bajo la lógica de la mercadería.


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