<Una obra de arte se experimenta primero físicamente. Los
significados, las connotaciones y las asociaiones vienen después de la experiencia
física inicial>
La biografía de Mona Hatoum, palestina de nacimiento, ha ido tomando forma a partir de un doble
exilio.
Creció en Beirut, la ciudad a la que huyeron sus padre en
1948 desde Palestina. Vivieron como extranjeros en el Libano y, en 1975, Hatoum
viajó a Londres. Poco después, estalló la guerra civil en el Líbano y ya nunca
puso regresar con su familia. Después de estudiar bellas artes durante seis
años en Londres, se graduó en 1981 en la Slade School of Fine Arts, observando
a distancia, pero cada vez con mayor preocupación, los conflictos políticos y
religiosos de Oriente Medio. Reaccionó contra una masacre ocurrida en 1992 en
la que murieron más de mil refugiados palestinos con una performance titulada The
Negotiating Table (Mesa de Negociación). La artista se tapaba los ojos con una
venda y después era envuelta en film transparente y cubierta de vísceras sangrantes de
animales. Estuvo así durante tres horas tendida sobre una mesa. Pero las
víctimas no son tema de negociación: las sillas que había alrededor de la mesa
estaban vacías.
Las irreconocibles reivindicaciones territoriales de
israelíes y palestinos son aún la causa y el objeto de la violencia
fundamentalista. Cuando Hatoum regresó a Oriente Medio en 1996 para preparar
una exposición en la dividida Jerusalén, tenía el mapa del territorio muy
claro. En el suelo de la galería colocó pastillas de jabón de aceite de oliva,
un producto tradicional palestino, y trazó las disputadas fronteras de la
región con cuentas de cristal rojas; los enclaves palestinos parecían un
archipiélago diseminado. De todas formas, más que las líneas del mapa, era el
olor familiar del jabón lo que traía recuerdos de la patria palestina. El
título de la instalación, Present Tense (presente), expresaba el convencimiento
de la artista de que las fronteras de un país no son eternas. Muy pronto haría
la misma afirmación a escala global. En 1998, en la Kunsthalle Basel, trazó el
contorno de los continentes con canicas de cristal, creando un mapa frágil que
el menor temblor de tierra hubiera destruido.
El interés de Hatoum por la cartografía, que comparte con
artistas como Alighiero Boetti, no es casual. Con la ayuda de los mapas se han
hecho las guerras y se han colonizado continentes enteros. La artista trató
este tema en Plotting Table (mesa de estrategias, 1998), obra en la que evocaba
el tipo de mesa sobre la que se planean las maniobras militares. En la instalación de
Hatoum, el tablero d ela mesa estaba repleto de agujeros perforados a través de
los cuales una luz fluorescente iluminaba el mapa desde debajo, sugiriendo que
el escenario de las operaciones militares es el mundo. En la era poscolonial,
el orden mundial de los poderes políticos ha cambiado constantemente: Hatoum lo
reflejó en Continental Drift (Deriva continental, 2000) un mapa formado por
limaduras de hierro sujetas a un brazo metálico giratorio que las mantenía en
constante movimiento.
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