Nacido en Cardif (Gales), en 1958
Ross Lovergrove estudió diseño industrial en la Manchester
Polytechnic y después en el Royal College of Art de Londres, donde se licenció
en Filosofía y letras en 1983. Entre 1983 y 1984 trabajó para el estudio de
diseño industrial Frogdesign en Altensteig, donde le asignaron proyectos como
el diseño de walkmans para Sony y ordenadores para Apple. Desde 1984 hasta 1987
trabajó como diseñador para la empresa Knoll Internacional de París, para la
que creó la exitosa ofimática Alessandri. Tras regresar a Gran Bretaña en 1986,
Lovegrove fundó una sociedad con Julian Brown (nacido en 1955) y diseñó el
termo Basic para Alfi Zitzmann (1990). Cuando la sociedad se disolvió en 1990,
Lovegrone fundó su propio estudio en Londres, el Studio X.
Además de muebles para clientes como Kartell, Ceccotti,
Cappellini, Fasem, Moroso, Driade y Frighetto, los diseños de Lovegrove
incluyen una innovadora gama de lámparas para Luceplan, entre las que destaca
la Solar Bud (1996-1997), que funciona con energía solar. También diseñó artículos
de piel de lujo para Connolly Leather (1994), un hervidor para Hackman (1999),
los utensilios de cocina y los cuchillos Handy para Fratelli Guzzini TAG Heuer
(2000). Lovegrove también ha participado en un proyecto de producto
arquitectónico sobre una estructura <móvil> accionada con energía solar conocida como
Solar Seed. Al <buscar la perfección en los utensilios cotidianos para
vivir>, Lovegrove combina formas esculturales y ergómicas con materiales y
técnicas industriales modernas y crea diseños atractivos y emotivos. Inspirado
en lo natural y guiado por aspectos ecológicos, Lovegrone lucha por conseguir
una unidad orgánica del diseño siempre que sea posible, pero trabajando con un
vocabulario formal. Lovegrove, un líder al que le gusta correr riesgos más que
un diseñador industrial, lleva los materiales , la tecnología, la función e
incluso la estética hasta el límite (por lo general haciendo algo nuevo) en su
búsqueda de formas nuevas y mejores que despierten el interés de los usuarios.
Sus productos, apreciados y derivados holísticamente, revelan la dirección que
tomará el diseño en el siglo XXI.
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