Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


miércoles, 18 de enero de 2012

Jane Eyre versus Catherine Earnshaw, las heroìnas inmortales de las hermanas Brontë

Cecilia Medo.

El misterioso caso de Jane Eyre & Catherine Earnshaw: Breve análisis de dos personajes de la literatura universal.


Jane Eyre heroína clàsica victoriana.

Catherine Earnshaw, encarnada por Juliet Binoche.



Jane Eyre, la sufrida huérfana convertida en maestra y Catherine Earnshaw,
la rebelde hija de un terrateniente, dominada por una pasión contrariada.

Dos personajes totalmente distintos y protagonistas de dos de las novelas más leídas ( llevadas al cine repetidamente) de la literatura anglosajona: Jane Eyre de Charlote Brontë y Cumbres Borrascosas de su hermana Emily. Hubo otra hemana, Anne, quien tambièn publico una sola vez, pero con menor fortuna.


Estatua de Charlotte, Emily y Anne Brontë.

Tanto Jane como Cathy tienen sus respectivos -y quizás apropiados- galanes; la primera se involucra con su patrón Mr. Rochester, un sujeto hosco, misterioso y solitario, que oculta muchos secretos poco gratos, pero es soberbio, orgulloso y rico, es decir, sumamente atractivo.

Cathy tiene a su hermanastro Heathcliff, un huérfano recogido por el padre de ella, al que solamente Cathy parece querer y con el que comparte un espíritu indomable, tanto como el agreste paraje en el que ambos crecen y en el que se desarrollan sus tormentosas vidas. Heathcliff crece para convertirse en un varòn muy bien hecho, aunque no tan derecho, seguirá siendo temperamental como un corcel indòmito, y su pasión por Cathy habrá crecido tanto como su belleza fìsica, Heathcliff es guapo, duro y astuto.

Ralph Fiennes como Heathcliff.


Dos heroínas diferentes con dos galanes diametralmente distintos.
Para Jane, el amor es una redención, una oportunidad de ascenso y de poner en valor su dignidad de mujer victoriana, cristiana y estoica. Para Cathy, el amor es una fuerza de la naturaleza, plenamente representada -e incorporada- en Heathcliff, el pobre recogido que crece para convertirse en un varón potente, indómito y -por cosas del fatalismo novelesco- vengativo. Heathcliff es un corcel negro, imponente y salvaje.


Catherine huye de él tanto como lo busca, y asì, se torturan mutuamente, se hacen promesas, se vengan el uno de la otra -y vice versa- y se desean con auténtica furia, como dos mares que solamente saben entrechocar sus enormes olas, destruyendo todo a su paso.

A Cathy, Heathcliff no le representa una redención, sino un reto que se siente incapaz de asumir. Pero al que tampoco puede renunciar. Su amado se la traga como un agujero negro en el espacio, implacable y cruel.

El altivo mister Rochester

Jane enfrenta el amor -y el desamor- amparada por sus creencias morales y religiosas, y -tras un considerale sufrimiento moral- sale bien librada. Mr. Rochester paga un alto precio por su propia expiaciòn, incluso pierde la vista, pero Jane lo encontrarà aùn màs amable asì, transido de dolor. Purificado por el sufrimiento que ella conociò tan bien desde niña.

Pero Cathy pone el cuerpo, en todo momento. Pone el cuerpo y el corazòn y , lamentablemente, sale muy mal librada. Pero una cierta forma de justicia, aquella llamada poètica, acude a llenar sus vacìas manos; después de dejarse morir de inanición, Cathy Earnshaw recibe un premio consuelo:

El fantasmagórico retorno que le es concedido para reclamar a su amado Heathcliff, quien ya està màs que demente y dispuesto a correr hacia sus gèlidos brazos, en el único abrazo capaz de unirlos: el abrazo de la muerte.



                Trailer de Cumbres Borrascosas, 1992.

  
                     
                 Kate Bush compuso e interpretó su inigualable éxito, "Cumbres Borrascosas" 1978.
 


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