Sello Discográfico / Silverstone
Producción / John
Leckie
Dirección Artística / John Squire
Nacionalidad / Reino
Unido
Duración / 48:32
“Sólo somos un grupo
rítmico, simple folk pisoteado”
A pesar de su
gótico nombre (y sus orígenes), The Stone Roses se convirtieron en sinónimo de
la floreciente escena Éxtasis en su ciudad natal, Manchester, fusionando de un
modo innovador música dance y rock (un reflejo de sus influencias, pasadas y
presentes) junto a sus compañeros de viaje los Happy Mondays.
La cubierta del
disco, inspirada tanto por Jackson Pollock como por los disturbios
estudiantiles del París de 68 (los estudiantes chupaban limones para
contrarrestar los efectos del gas lacrimógeno), fue obra del guitarrista John
Squire, y su maestría con la guitarra recorre el álbum con tanta libertad como
la pintura que decora la cubierta.”Bye Bye Badman” remite a los disturbios del
68 y –junto a “Elizabeth My Dear” (“Scarborough Fair” reescrita como una balada
antimonárquica)- muestra la visión antisistema de los Roses, a menudo
subestimada.
Nunca exagerado, siempre
esencial, la interpretación de Squire es a menudo considerada la columna
vertebral del álbum.Sin embargo,el batería Alan “Reni” Wren, cuya suaves y
cuidadosas armonías de acompañamiento “Bye Bye Badman” y la sobrecogedora y
espontánea épica de “I Am The
Resurrection” sigue gustando y sorprendiendo hoy en día.
La energía y la
imaginación de canciones como la soñadora “Waterfall” y su prima “Don´t Stop”
(la misma canción, tocada al revés, con la letra adaptada) captan el optimismo
que caracterizó la era que siguió al nacimiento del acid house en el segundo
verano del amor en Gran Bretaña.
The Stone Roses
materializaron el espíritu aparentemente libre de la época y, al mismo tiempo,
rememoraron el semillero creativo del pop y el rock de los 60.Que produjesen de
forma inadvertida un álbum con la capacidad para permanecer en una era de lo
efímero como aquella es toda una maravilla.
JK
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