Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


sábado, 25 de febrero de 2012

Ranking 2011 de las mejores películas por la Revista Godard!



Dos viejos maestros como son Roman Polanski y Woody Allen. Ambos Rodando en Europa y fuera de sus patrias natales, son los responsables de los mejores estrenos del 2011.
Al menos así lo decidieron, por indiscutible mayoría, los críticos de nuestra revista.
Otros autores de larga trayectoria que están presentes en el top 10 son los hermanos Coen, Peter Weir, y el infatigable Clint Eastwood. Los directores revelación son Derek  Cianfrance, Rupert  Wyatt, y  Debra Grank, hasta hace poco perfectos desconocidos y que, con sus segundos largometrajes, han obtenido un reconocimiento universal. El caso de J.J. Abrams es especial: recién con Súper 8 la crítica parece haberse percatado lo que ya habíamos advertido: que es un talento mayor de Hollywood. El coreano Park Chan-wook es el único representante del sorprendente continente asiático, lo que habla pésimo de la distribución del “otro cine” en la cartelera peruana (Thrist llegó por ser de vampiros, pero su originalidad tuvo un precio caro: la rebautizaron como Rito Diabólico). Hubo muchos estrenos interesantes de donde escoger; esto queda demostrado  por la cantidad de películas (46)  que fueron mencionadas en la encuesta. Pero hay una estadística preocupante: 9 de las 10 primeras, en el consolidado, son habladas en inglés: no es casualidad porque ocurrió exactamente lo mismo en nuestro ranking del 2010.
Por último, queremos precisar que –a diferencia de años anteriores- no hemos tomado en cuenta los estrenos de Diciembre de 2010, lo que dejó  fuera de la competencia a títulos tan admirables como Red Social y La Cinta Blanca, elogiadas en las páginas de Godard!



1.       EL ESCRITOR OCULTO/ De Roman Polanski
A priori, podría resultar sorprendente el hecho de que un cineasta con unos rasgos personales tan marcados como Roman Polanski acometiera la realización de una historia, aparentemente, alejada de las tendencias argumentales más comunes de su obra. Empero, al igual que en las demás adaptaciones literarias que ha acometido a lo largo de su impecable trayectoria, El Escritor Oculto acaba convirtiéndose en una obra plenamente suya. Dejando, conscientemente, de lado, todo vínculo superficial con la novela de Robert Harris que pudiera lastrar los elementos más recurrentes del carácter cinematográfico del director, y construyendo una pieza que se adhiere, con rocosa fuerza, a las constantes de piezas como El Bebé de Rosemary (1986) o El Inquilino (1976). Polanski convierte sus laberínticas inmersiones psicológicas en un no menos ambiguo análisis sobre los fantasmas internos del universo político, ejemplificado en la turbiedad de su contenido, amplia infraestructura crítica, y la capacidad simbólica de unos personajes que acaban siendo más propios del cineasta que de Robert Harris. Las características  argumentales de la película, de hecho, acaban por universalizar el mensaje que Harris planteaba en sus páginas. Para éste, Adam Lang (el político británico subordinado a los designios estadounidenses) respondía a un implacable trasunto de Tony Blair. Y, por consiguiente, ese escritor fantasma y sin nombre acaba representando una proyección de las dudas y el sentido crítico del propio Harris. Empero, Polanski lleva a sus últimas  consecuencias este planteamiento, convirtiéndose en poco menos que un ejercicio rabioso y contestario sobre la alienación del poder y, asimismo, en una bomba de relojería contra unas decisiones en materia de Política Exterior que el cineasta (como ya se ha esbozado más arriba) no circunscribe a una demarcación geográfica concreta (Aunque mantenga sus evidentes anclajes referenciales) sino que amplía convenientemente.
El Escritor Oculto pone en tela de juicio, de la manera más tajante y sangrante posible, toda la infraestructura de un sistema donde la manipulación y las charadas se erigen en el motor central. Un sistema concebido sobre mentiras, anulaciones del individuo y falsarios engalanajes patrióticos (cínicamente tratados por un apátrida como, en el fondo, es Polanski), recubiertos en la atractiva forma de un thriller milimétricamente construido y, por momentos, apasionante en sus mil artistas y subtextos. Si Carol, Rosemary, o Trelkovsky, iniciaban un viaje sin retorno hacia los abismos de su desquiciamiento psíquico, el fantasma interpretado por Ewan Mc Gregor hace lo propio en lo que, a fin de cuentas, es la gran pesadilla del mundo occidental: las cloacas del poder. Como aquellos, el fantasma cruzará una línea que ya no admite vuelta atrás. En los tres personajes citados, dicha línea separaba la cordura de la locura. En El Escritor Oculto escinde la sociedad y el caos. Un caos que, al día de hoy, todos vemos más cercano.
                                                                                                                             - Joaquín Vallet Rodrigo


2.       MEDIANOCHE EN PARÍS / Woody Allen
En medio de su crisis financiera y su debilidad política, Europa se está cayendo a pedazos, pero Woody Allen les sigue escribiendo poemas de amor a sus ciudades. Ya se paseó  por Londres , Barcelona, y ahora París(y ya viene su aventura en Roma). Pero es esta  estadía en Francia en donde mejor dejó llevarse por sus sueños. Porque la fantástica Match Point (2005) está también a la altura, pero no sigue precisamente la ruta del romance y el idealismo. Aquí Allen no solo disfruta del París de hoy. Se rinde ante su imagen de ayer. Y la de anteayer. Porque esta es una película sobre la melancolía y su eterna indecisión de parecerse más a la tristeza o a la alegría. Por ello, no pudo elegir a nadie mejor que a Owen Wilson, tan fantástico como en cualquiera de sus ya clásicos trabajos junto a Wes Anderson. Y tan atribulado como en la vida real.
París cambia con la lluvia. Y, para embellecerla más, a Woody le bastan un par de guiños artísticos (sin ser pretencioso), música sublime, y uno de sus clásicos y audaces guiones con lo que emprende un viaje temporal y espacial. Hay mucho cine en esos paseos cadenciosos a través de calles estrechas y curvas. En esas conversaciones enamoradas en noches de silencio y de luces tenues, a través de las cuales el tiempo discurre y las elipsis se llenan de amor. Es cierto que Manhattan ya quedó atrás. Pero, aunque son otros tiempos y otros escenarios, las resonancias de humor, de romanticismo y de la vida misma aparecen con frescura y, sobre todo, con mucha magia. Allen se anota con una de sus mejores películas en varios años y, más importante aún, demuestra que todavía está en capacidad de renovarse.

                                                                                                                     - Juan Carlos Frangacio 



3.       TEMPLE DE ACERO/ Joel Coen, Ethan Coen
A pesar de los logros cinematográficos y sus múltiples premios -Fargo (1996), entre sus obras más conocidas-, hubo un tiempo en que los hermanos Coen eran considerados como muy hábiles artesanos, que sabían contar historias entretenidas pero carentes de emoción. Puede ser que la opinión haya cambiado en Sin Lugar para los Débiles (2007). La novela de Cormac McCarthy llevada al cine supuso un quiebre en su carrera, un western postmoderno narrado con excelsa capacidad visual y mucha fluidez narrativa. En su última película, los Coen vuelven a esas dos fuentes que le dieron tantas satisfacciones. Primero, dejar, nuevamente, los guiones originales, y adaptar la novela de Charles Portis del mismo nombre; y, segundo, la vuelta al western, pero desde un clasicismo tanto narrativo como estético.
Después del asesinato de su padre, Mattie Ross (Hailee Steinfeld) contrata los servicios de un asesino a sueldo: un vaquero alcohólico, pero de innegable sabiduría (Jeff Bridges). Ambos recorrerán  el oeste americano en un extraño viaje, donde lo mítico se confunde con la realidad. En Temple de Acero, la venganza es el factor principal, es el motor que da sentido a la vida en el pequeño cuerpo de Mattie, y eso es relativamente nuevo en el cine de los Coen. Ese nihilismo, muchas veces desesperante, que arrastraba a sus personajes, en Temple de Acero se deja de lado por una historia más humana, hasta en algunos casos sentimental, pero valiente y jubilosa.

                                                                                                                     -Martín Mauricio  
 

4.        CAMINO A LA LIBERTAD / Peter Weir
La historia aparece como convencional dentro de su tipo: un grupo de prisioneros de un gulag siberiano escapa, y emprende una larga caminata, a fin de no ser atrapados por el cruento régimen comunista que los encarceló. La huida Los lleva a cruzar el Himalaya, el desierto de Gobi y el Tibet, hasta arribar a la India, territorio salvo en la década de los cuarenta.
Con ese argumento, no resulta difícil imaginar que nos aguarda un metraje pleno en situaciones límite, en los que el reto de la sobrevivencia se convierte en la verdadera estrella. Sin embargo, hay muy poco de ello en Camino a la Libertad, que se presenta más como un testimonio de fe, en el que, por cierto, la religión no tiene nada que ver.
Y es que la fuerza que mantiene en pie a los personajes de este filme – a excepción de Valka, papel interpretado por Colin Farell-, es la convicción de un futuro que les permitirá no solo dejar de ser perseguidos, sino también tomar sus vidas a manera de una segunda oportunidad. En ese sentido, el escape se convierte en la fuga de un pasado anterior a las rejas, que vuelve, en recuerdos ominosos, para atormentar sus conciencias. Es el caso, por ejemplo del estadounidense Mr. Smith (Ed Harris), quien se culpa por la ejecución de su hijo adolescente; o del religioso Tomasz ( Alezandru Potocean), que se vio obligado a matar para salvarse. La complicada tarea de dejar atrás tan oscuro lastre, se traslada a la lucha con una naturaleza adversa, de paisajes inabarcables-aprovechados al máximo por la fotografía de Russell Boyd-. Es en ese aspecto, sobre todo, que Weir impone su pulso para esquivar el dramatismo extremo y ofrecemos, a cambio, un cuadro solidario que brilla por su sentida serenidad.
- Leny Fernández 

 
5.       TRISTE SAN VALENTÍN/ Derek Cianfrance
El encanto de las historias de amor, en la gran pantalla, está en venderle al público la ilusión de que, mientras la película dure, el amor sí puede consumarse, y que, tras los créditos el idilio será imperecedero. Muchos desean, de algún modo, verse reflejado en ese romance ideal, perfecto, cuando, precisamente, el amor es, por naturaleza humana, imperfecto. Triste San Valentín plasma esa imperfección de los afectos como pocas películas. En su metraje , somos testigos del génesis y la decadencia de una relación, con todos sus detalles, íntimos y sentidos. La pareja protagonista se conoce, descubre, fascina, comprende, decepciona, hastía y confiesa, todo esto es un impecable juego de espejos. El director Derek Cianfrance sabe que no requiere de terceros o de rebuscados conflictos para indagar y dar cuenta de la inconstancia de los sentimientos. No hay artilugios de por medio. A los pocos minutos de iniciado el filme, sabemos que este hogar está por quebrarse; solo es cuestión de esperar. En ese sentido, este drama indie dosifica sabiamente su estructura fragmentada para conmover genuinamente, viñetas que se contraponen para devastar, emocionalmente, al espectador. Al final de la proyección, tenemos la certeza que aquello que vimos no fue enteramente una historia de amor, sino, más bien, sobre el amor, pero narrada con un realismo y honestidad brutal que es de agradecer-aunque, por dentro, no podamos dejar de sentir algo de melancolía y tristeza por lo que no fue o, mejor dicho, pudo seguir siendo-. Triste San Valentín podría ser, entonces el retrato documental de la crisis de muchas de las relaciones de nuestros días.
-José Romero Carrillo



   6. LAZOS DE SANGRE/ Debra Granik
Con una madre catatónica y dos hermanos pequeños, la joven Ree de 17 años (La notable Jeniffer Lawrence) tiene que llevar el peso de su familia y encontrar a su padre, un traficante de crack que está desaparecido tras traicionar a otros delincuentes para librarse de prisión, y que debe presentarse a una audiencia judicial o de lo contrario su familia perderá su hogar que dejó en prenda para pagar la fianza. Con un ritmo pausado y firme, la película se adentra en un EEUU desconocido. Un inhóspito territorio sureño, frío, campestre, rural, de gente ruda y marginal donde quimeras como el “sueño americano” no existen. El periplo de Ree para proteger a su familia, arriesgando al límite su integridad física (con miedo pero con mucho coraje, personalidad y orgullo),  rondando una violencia siempre palpable que promete desatarse a cada minuto, construyen un relato conmovedoramente sombrío y seco que evita concesiones. Acá no hay personaje “bueno”. Todos parecen desertores de otro universo, desconfiados, en alerta, listos para defender lo que tienen o consideran propio, sin el más mínimo sentido de la solidaridad aún si se trata de una adolescente y dos niños en problemas. En ese sentido, el paisaje humano descrito por la directora Debra Ganik es tan agreste y desafiante como el entorno natural .Aunque la cinta está al borde de la crueldad gratuita, Granik no permite que la historia diga ese derrotero y apuesta más por mantener un estado permanente de tensión, siguiendo a esta chica que enfrenta los códigos de silencio de secta de una población huraña con una fuerza que recuerda a otra adolescente con carácter: La Rosetta de lo hermanos Dardenne.

-Jorge Morales

 
7.       EL PLANETA DE LOS SIMIOS: (R)EVOLUCIÓN /Rupert Wyatt
Una de las más gratas sorpresas del año. Una década después de que el decepcionante remake de Tim Burton hiciera pensar a todos que la franquicia estaba completamente agotada, el británico Rupert Wyatt no sólo demostró en esta notable precuela que aún era posible aportar frescura y buen cine a la saga que, hace más de cuatro décadas, iniciara la legendaria El Planeta de los Simios (Franklin J. Schaffner, 1968), sino que, además entregó uno de los mejores ejemplos recientes de cómo alcanzar esa ecuación que siempre es tan difícil: una película de género que garantice entretención y funcione bien en taquilla, pero que además entre los efectos especiales logre aportar emoción e inteligencia. Destaca especialmente por su ritmo trepidante, el despliegue visual y técnico, y la fluidez narrativa, que permite alternar logradas e intensas escenas de acción con las necesarias pausas y momentos de intimismo, mientras se aborda, de paso, una mirada crítica a los alcances de manipulación científica. Quizás no se puede negar que algunos personajes principales rozan el estereotipo, o carecen de mayor relieve. Pero eso, finalmente, da lo mismo, si, a la vez contamos con una criatura tan expresiva y compleja como Cesar, personaje en el cual, explorando las fronteras entre los animales y el ser humano, tras Gollum y King Kong, Andy Serkis continúa confirmando su enorme talento interpretativo.
-   Joel Poblete



8.       RITO DIABÓLICO/Chan -Wook Park
El sacerdote San-hyeon (Kang-ho Song) se ha ofrecido como voluntario para una prueba experimental que debe acabar con un virus mortal. Pero lejos de redimir su alma, el sacrificio lo han condenado a una vida de ansias sexuales e ingestas de sangre que condicionan su sobrevivencia. El religioso está tan confundido como cualquier ciudadano de nuestros tiempos, y, sobre todo, se enfrenta con cualquier ciudadano de nuestros tiempos, y, sobretodo, se enfrenta con estoicismo  y valentía a su propia enfermedad. Una que, quiéralo o no, lo saca de su retiro, y lo devuelve al mundo-. Este es el punto de partida de un filme en el que Chan- wook Park desfigura el horror y lo lleva hacia otros senderos (dramáticos, cómicos, trágicos, mentales), caminos intransitados que pasan por lo más metafísico: un místico que desea lo que menos debería que sufre pulsiones con las que lucha, casi como un junkie terminal, y por las que sucumbe ante una mujer de la que se enamora. Con claras herencias del cine de Stanley Kubrick, y una planificación de la puesta en escena tan geométrica como sensual, el director surcoreano parece confirmar que las ideas más renovadoras del cine contemporáneo no provienen de ningún otro lugar más que de Asia. Rito Diabólico ofrece un “amour fou” nocturno y alucinado, desesperado y angustiante; un vampirismo vivo, sin clichés ni nostalgia de por medio.

-Sebastian Pimentel



 9. MÁS ALLÁ DE LA VIDA/ Clint Eastwood
No es la primera vez que Clint intenta atrapar espectros y registrar la conversaciones con el más allá. El vudú y la atmósfera sobrenatural con que describe la sureña  Savannah resulta el eje de Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal (1997), aunque, aquí, el relato se escucha a tres voces, y la muerte y sus fantasmas no se originan fruto de la violencia. En Más allá de la Vida, la presencia mortuoria no actúa como un detonante del miedo, sino que modifica la vida de los protagonistas hacia el abismo de la desorientación. Por eso, Marie le asigna a una minucia, como la compra de souvenirs para los hijos de  de su jefe-amante, el rango de huella del destino y única explicación para su desorden emocional. De igual modo, el cineasta enternece con la soledad que atormenta a George, tan bien delineada en las escenas a partir de las clases de cocina.
Para el mercado estadounidense, es una rareza la que estrena Eastwood (realizador que hace rato rompió la horma), a causa del tríptico narrativo, y de que un tercio de los diálogos sean en francés, Cautivante a todas luces, si bien se precipita en soluciones no del todo verosímiles, se aprecia en sintonía con su sentir actual, cuando la muerte parece inminente.
Algo de eso se percibía en Gran Torino (2008), al observar a Clint morir, por primera vez, en uno de los largometrajes protagonizados y dirigidos por él. ¿Acaso las preguntas del maestro ya no son sobre la redención de sus personajes, sino sobre la posibilidad de trascendencia de ellos? Todo un acto de fe.

-Leopoldo Muñoz


10.   SÚPER 8/J.J.Abrams
Emotivo y nostálgico filme de Abrams que parte de reconocibles cintas del Steven Spielberg de los ochenta(significativamente productor de ésta) para elaborar un hermoso canto sobre la pérdida y la amistad. Lejos de estar frente a la mímesis de un determinado estilo o discurso, cabe hablar de un realizador en estado de gracia, que bebiendo de las miradas que han ayudado a formar la suya- lo suficientemente compleja y autosuficiente-construye la que, sin lugar a dudas, es una de las piezas más honestas y próximas del cine de entretenimiento del actual Hollywood.
El cineasta tiene la habilidad de manejar los elementos fantásticos, para que, mientras se concretan/evolucionan, no interfieran en el auténtico corazón de la propuesta, que no es otra que la singladura sentimental del melancólico y soñador Joe. Al igual que todos los personajes, el niño está encarnado por un actor (Joel Courtney) en estado de gracia, que transmite toda la veracidad de su rol sin artificios. Artificios que, precisamente, esta película rechaza de plano. No existen subrayados narrativos, ni saltos injustificados: es una modélica muestra de madurez expositiva, con una ejecución de las secuencias de rara destreza y artesanía. En realidad, las claves para comprender Súper 8 se encuentran en El Caso, el corto de zombies que la pandilla graba durante toda la película, y que vemos en su integridad durante los títulos de crédito finales. Las imágenes que lo conforman, con su ingenua forma de sucederse, nos hablan de esa negación de lo superfluo y retornan, al igual que la propia cinta, a una forma íntegra y cercana de abordar el cine.

-Ramón Alfonso


 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si The Fighter no esta en esa lista, no tiene ningun sentido...Godar! again!