Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


sábado, 28 de abril de 2012

Creedence Clearwater Revival.Bayou Country (1969)




Las primeras encarnaciones de Creedence Clearwater Revival llevaban por nombre The Visions y The Golliwogs a mediados de los 60, y sonaban como los grupos beat británicos pre-psicodélicos, ants de que el servicio militar llamara a filas a John Fogerty y al baterista John Clifford. Cuando dejaron el ejército, el grupo cambió su nombre, abandonó sus pretensiones inglesas y editó su fundacional álbum de debut en 1968.
Los muchos años de giras( el grupo había venido tocando conjuntamente desde la escuela) hicieron de ellos un apetitoso proyecto de directo. Claramente motivados por el sonido primitivo del rock’n’roll de los años 50, Creedence sirvieron una rodaja irresistible y pura de rock al estilo sureño, una aproximación a las raíces que se inspiraba en la manera en que The Band y Dylan habían girado la espalda a los excesos de la psicodelia. Curiosamente, la portada del álbum era borrosa y ligeramente lisérgica, una advertencia tramposa para lo que sería el contenido desnudo del interior.
Bayou Country, el segundo álbum de Creedence, incluía su primer gran éxito <Proud Mary>, que vendió un millón de copias, una oda de Fogerty  a la majestad de un remero del Mississippi; más adelante llegaron a las listas de éxitos diversas versiones de la misma canción. Otros momentos estelares son la versión  rockera de un clásico de Little Richard, así como la pantanosa <Born on the Bayou>, la más blues <Graveyard train> y <Keep on Chooglin>, que Fogerty fue capaz de alargar en ocho minutos. Este éxito marcó la pauta para otros subsiguientes ocho singles, discos de oro y platino, infiltrados en el Top 10 americano en los siguientes dos años y medio. Y en 1971, una clasificación del NME situó a la banda como el mejor grupo del mundo, por encima de los Beatles.JT




Extraído del libro "1001 discos que hay que escuchar antes de morir"

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