Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


domingo, 12 de febrero de 2012

Tribus Urbanas V, Los Hippies: ¿Los Hijos De Las Flores? (1)




Por: Cecilia Medo
Los hippies… Debo confesar que de chica los detestaba. Crecí en una ciudad donde no abundaban las flores y no teníamos paz, eran tiempos de atentados terroristas. Digamos que cuando tuve algo más de edad -y conciencia-, me incliné por los peliagudos punks. El hippismo me producía urticaria, y me refiero a la sola idea de una comuna hippie,greñuda y estúpidamente sonriente.
Debe ser porque en el fondo siempre he sido un espíritu contrariado y contradictorio, siempre he tenido mala leche y por eso la rabia punk me pareció más honesta. La patada y el F… you (con dedo medio alzado, por supuesto)de cara a una sociedad mediocre y asfixiante, que eran gestos  típicos de los punkies , siempre me resultaron más cercanos, de seguro debido a mi proverbial mala leche.  Me recuerdo de adolescente  yendo a un cine club a ver la proyección de Woodstock. Fui sola y lo hice para tener más elementos de juicio, entonces yo las pegaba de chica dark y era lo suficientemente nihilista, estaba bastante molesta, pissed off, fed up y lista a levantar “mi” dedo medio ante cualquiera. La proyección confirmó todas y cada una de mis razones para detestar a los hippies.
Además, me daba rabia, esos sujetos del  flower power se habían adueñado injustamente del concepto que los adultos tenían sobre “rebeldía juvenil”. Hasta las señoras de 80 años sabían lo que era un “jipy” y llamaban así a cualquier joven que se saliera del molde de lo aceptable. Eso no podía ser, mis amigos darks y yo  no lo soportábamos. Y cuando alguna abuelita nos confundía con ellos, entrábamos en crisis existencial. Cómo era que no se daban cuenta, si nosotros vestíamos de negro, usábamos polos de Joy Division, Bauhaus y Siouxsie… Jamás nos acercábamos a las flores, ni tan siquiera a los geranios, no íbamos a la playa  y andábamos mal encarados todo el día… No, eso  era inaceptable. Además, nosotros estábamos molestos, muy molestos, y no: No creíamos en el rollo del peace and love.
Pese a todas estas mis reservas y prejuicios, reconozco que el movimiento hippie fue uno de los hechos más trascendentales en la contracultura de mediados de los años sesenta, y por qué no, de todo el siglo XX.
Mientras Londres hervía en esa dorada época del Swinging London, con sus Mods y toda la movida artística y juvenil, en los Estados Unidos, especialmente en la Costa Oeste -léase San Francisco, California, etc.- , los hippies surgían como margaritas en un campo yermo. Los Beat les habían pavimentado el sendero en gran parte, eso  hay que decirlo. Pero los hippies fueron un poco más allá. Y pese a que no cuentan con mi total simpatía, el paso del tiempo me ha ayudado a ser menos radical y encontrar en ellos  muchos aspectos interesantes y resaltantes. El hippie propuso de manera concreta otra manera de vivir, siempre con la intención de no formar parte del establishment, lo cual a mí siempre me ha parecido –hasta el sol de hoy-, absolutamente seductor y atractivo.  Eran anti consumistas y pacifistas, seguidores de muchos de los escritores e intelectuales Beat. Fueron quizás los primeros –si es que no los únicos- en agruparse en comunas e intentar  escapar del llamado a la guerra –púdrete Vietnam- , y de la caníbal sociedad de consumo, para experimentar otras formas de vida.
Nomadismo y Flower Power
Como puntos plausibles –desde mi subjetivo punto de vista- puedo mencionar su preocupación por vivir en armonía con la naturaleza y su simpatía y respeto hacia los habitantes originarios de la vasta América del Norte, lo que fue una anticipación  a los movimientos ecologistas de hoy; además, por su cercanía a ciertas filosofías y religiones orientales, se familiarizaron con otras dietas alimenticias como la macro-biótica o la vegetariana, cosa con la que simpatizo profundamente desde hace mucho tiempo.  Como punto desfavorable, eran espantosamente naive, ingenuotes y horrorosamente optimistas… Esa imagen de un hippie colocando una delicada flor dentro del cañón de un arma de fuego, sintetiza a la perfección a lo que me refiero.  
Otro punto favorable, como ya lo anoté anteriormente, se organizaron en comunas e intentaron vivir al margen de la sociedad. Sin embargo fracasaron, una vez más tengo que decir que por ingenuotes. Como punto desfavorable, creo que consumieron demasiada yerba, hashish y LSD;  y se metieron  también con algunas drogas duras, como si fueran niños en una fábrica de chocolates.Cuando quieres “cambiar el mundo” no te puedes dar esos lujos. Fueron hedonistas de una forma estúpida, ejercían la libertad sexual pero , según  mi parecer, de manera irresponsable, cosa que para quien ha crecido con el fantasma de las ETS resulta hasta grotesco. Creo que ellos debieron haber evolucionado de manera más lúcida y con más realismo, para no resultar en otro movimiento socio-cultural juvenil que se va a la porra. 
Punto favorable, inauguraron una forma de nomadismo que persiste hasta hoy, cuando vean a un “mochilero” ya saben de dónde surgió la idea. También reivindicaron el viaje como experiencia transformadora, trascendente y metafísica. Otro punto favorable, gracias al movimiento hippie, los conciertos de rock como Altamont, Monterrey y Woodstock aunque tuvieron serias fallas en su organización, iniciaron ese nuevo aspecto en la logística del show biz, que es la profesionalización de la organización de giras y conciertos de rock; esto  último merece un acápite aparte y de seguro lo desarrollaremos en otra entrega.
Otro punto a favor fue que se abrieron a experimentar otras realidades, viajando a otros continentes, esto llegó a ser conocido como el Hippie Trail, y tenemos mucha información que detallar al respecto; este interés por lo que ocurría fuera de las fronteras de los EE.UU fue una innovación positiva, que no tuvo precedentes.

Janis Joplin

Hippismo y música: Otro punto a favor de este movimiento fue , ciertamente, el  desarrollo y difusión del rock.  Desde The Beatles, pasando por Jimi Hendrix, Jefferson Airplane, Carlos Santana, Janis Joplin, Jim Morrison,  Creedence Clearwater Revival, Yoko Ono, John Lennon, The Mamas & The Papas,Ravi Shankar, Iron Butterfly, The Grateful Dead, los primeros Pink Floyd y miles más, poblaron el nutridísimo parnaso musical del hippie correcto.  Además de gustar del rock, se promovió y difundió l a música folk, la fusión del rock y el folk,el country, e incluso se inició lo que se llamaría en poco tiempo rock progresivo.

Chica hippie.
Moda Hippie:
El hippie tenía que llevar el pelo largo,muy largo, suelto y alborotado.
Mejor si con flores a modo de corona. 
A mediados de los 60 eso era mal visto en una chica pero impensable en un varón. Pues no es difícil imaginar el rechazo que un joven melenudo producía en sus padres y abuelos, era visto como afeminado y sucio. Hombres y mujeres llevaban tenidas inspiradas en túnicas hindúes, camisas batik, polos tye-dye y jeans a la cadera. Quizás la influencia más notoria en su manera de vestir era esa,  el toque exótico de lo oriental. Solían preferir andar descalzos cuando esto era posible o utilizaban sandalias y, esto no es un mito, en realidad no eran muy afectos a las duchas o baños, por lo cual tenían fama de no oler a flores precisamente.
Bien, la información es abundante, pero esto no es wikipedia, ni pretende serlo. Tenemos un punto de vista y para desarrollarlo apropiadamente, elaboraremos una segunda entrega. Es que tanto si los hippies me caían bien como si no, reconozco que sentaron muchas bases para aspectos que hoy ya son parte del establishment y de la cultura popular, por irónico que suene.

Continuaremos con los aspectos  que nos faltan desarrollar en la segunda parte de este tema.

Los hippies fallaron en muchas cosas, pero lo que hicieron, aunque a veces risible, resultó francamente interesante. Más aún visto bajo la luz actual del devenir de las cosas, que está resultando de un gris absolutamente mortuorio.