Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


domingo, 18 de diciembre de 2011

“Islas”, de Rodrigo La Hoz. por Gabriel Zárate




Islas: Historieta ganadora del “1º Premio Librería Contracultura de Novela Gráfica 2010”, con guión y dibujos de Rodrigo La Hoz. La obra fue publicada porEdiciones Contracultura de Benjamín Corzo en diciembre del 2010, enmarcada dentro del aspirante propósito de fomentar la edición de comics nacionales destacados y resaltantes.

La turbia atmosfera limeña se representa visualmente como un heterogéneo y conflictivo microcosmos, donde cohabitan diversas especies dentro de una sombría ciudad grisácea, que logra preservar un inusitado islote de vegetación periférica y marginal, presente y excluida del apabullante entorno capitalino.

Frente al imperecedero mar, junto al cosmopolita aeropuerto, se yergue una extensión de precarios terrenos de cultivo, macilentos sembríos que encarnan una baldía naturaleza agonizante pero enfrentada a la avasalladora y contaminante civilización de cemento, implicando la compleja coexistencia de peculiares universos alternos, poblados por minúsculos insectos, alucinógenas plantas e inusitados hombres.

En Lima, esa aludida localidad existe, pero es oscuramente recreada por el autor, para desplegar un extravagante y negro relato espectral. Cornelio, habitante del rural e insólito pueblo suburbano, dedicado a cultivar champiñones, se encuentra críticamente sumergido en la depresión, ansiedad e insomnio, encarnando las reiteradas enfermedades psíquicas propias del estresante ritmo de las convulsionadas metrópolis modernas.

Con reiteradas imágenes de una abatida ciudad aplastante y monótona, también se esboza la urgencia de controlar estas dolencias anímicas, que despliegan una cultura de fármacos psiquiátricos. El consumo de estupefacientes como eventual y apremiante salida temporal a la conflictiva crisis espiritual del hombre contemporáneo atrapado en la repulsiva enajenación citadina.

Una identidad sexual problemática y conflictiva, simbolizada por la crianza de caracoles hermafroditas, evadirán a Cornelio de una contradictoria y culposa paternidad en ciernes. Contraponiendo la concreta responsabilidad por la insana parálisis o las irreales y evasivas huidas provocadas por hongos alucinógenos, que sumergen a un Cornelio narcotizado, en la trastocada percepción perturbadora de psicodélicas realidades alteradas de un seductor mundo biológico de insectos, que despiertan su permanente y deslumbradora fascinación.

El rústico pueblo campestre, constituido por diminutos organismos vivos y una agreste vegetación de arbustos enmarañados y retorcidos, es un último reducto de áspera vida natural con el que Cornelio sensorialmente se fusiona en sus distorsionantes alteraciones narcotizantes. La narración toma lóbregos matices escabrosos cuandoCornelio intentando redimirse, descubre horrendas historias en lo recóndito del áspero paraje, pero concluye intempestivamente con un abrupto universo orgánico que se resiste a abandonarlo.

Clásico tópico del perpetuo conflicto entre civilización y naturaleza, donde el hombre busca diferenciarse, enfrentarla y dominarla, sin percatarse que él también forma parte intrínseca de ella. La evasiva paternidad deCornelio alude a esa contradictoria condición animal y humana, presente y negada, por el embeleso deslumbrador que la biología le despierta al protagonista, la presencia de avispas, termitas y demás insectos, contrapuesto a lo repugnante y nauseabundo de procrear una vida propia.

Un desaliñado dibujo de intencional trazo deforme, deliberadamente descuidado y antiestético, con viñetas atiborradas, aparentemente naif y por momentos repulsivo, remarcan esa repelente exploración del lado grotesco humano y lo inserta en la tradición de la historieta alternativa independiente anglo-americana, con ilustres representantes como Chris Ware o Dave Cooper que son los autores que más han influido en la concepción artística del comic de Rodrigo La Hoz. Incluyendo además un homenaje al cineasta Tim Burton, una de sus connotados referentes fílmicos.

Rodrigo La Hoz proveniente de las plásticas, con años consagrados a la pintura, ha girado recientemente sus facultades creativas rumbo al dibujo y la historieta. Sus iniciales trabajos fueron publicados en el fanzine “Borde”y luego para la revista “Carboncito”. “Islas” es su primer libro editado, que además ha conseguido despertar una inusitada expectativa y desbordante interés en el ámbito local limeño, por la oxigenante propuesta exhibida, excepcional para el medio gráfico peruano.

Esperamos que el éxito de “Islas” marque el inicio de una trayectoria cargada de pródigo optimismo, donde una nueva promesa del comic peruano logre la regularidad creativa necesaria para consagrarse definitivamente. Es un rotundo anhelo ansiado por todos.

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