Nacido en Londres, Inglaterra, en 1967.
Jonathan Ive estudió diseño en la Escuela Politécnica de
Newcastle y después trabajó para el estudio de diseño industrial Tangerine, con
sede en Londres, donde diseñó una gran variedad de productos, desde televisores
y videograbadoras hasta artículos sanitarios y peines. En Tangerine también
participó en la creación del PowerBook para Apple Computer en 1991. Mientras
estaba trabajando en este proyecto, Ive observó que la identidad de los
ordenadores era el resultado de sus configuraciones arbitrarias, y concluyó que
era una gran oportunidad para crear productos nuevos e interesantes, diferentes
de las cajas grises, beige o negras convencionales. Por aquel entonces, la
industria informática se centraba básicamente en los aspectos internos de las
máquinas( la velocidad de procesamiento y la capacidad de memoria), y se
concedía poca importancia a su aspecto externo. Como consecuencia de ello, toda
la industria estaba sufriendo lo que Ive describe como una <quiebra
creativa>. Frustrado porque como colaborador externo podía ejercer poca
influencia en el futuro desarrollo de los ordenadores, en 1992 entró a formar
parte del equipo de diseñadores de Apple, y fue nombrado director artístico. No
obstante, hasta que Steve Jobs no regresó a Apple, el equipo no pudo centrarse
en la <búsqueda de un buen diseño>. Jobs se dio cuenta de que Apple
necesitaba recobrar su identidad, que había quedado oculta tras una mentalidad
de <diseño colectivo>. El día de su regreso marcó el comienzo del
proyecto iMac, el iMac de color turquesa transparente (1998), con su forma
orgánica curva, rompió todos los esquemas. Por fin aparecía un ordenador de
aspecto desenfadado y con un fuerte carácter identificativo. En el momento de
su lanzamiento al mercado, resultó obvio que Apple (cuya cuota de mercado había
descendido hasta un ridículo 3% en 1997) había apostado por un ganador que
podía hacerle recobrar su fortuna. El fin de semana posterior a su lanzamiento
se vendieron más de 150.000 iMac. Gracias a una campaña publicitaria con el
eslogan < Chic, no Geek> (elegante, no cursi), el iMac se convirtió en el
ordenador más vendido de Estados Unidos( y lo que resulta sorprendente, se
vendió más por su diseño que por su tecnología).
Los diseños de Ive han logrado diferenciar con éxito los
Macs de los PCs.
Además, no hay duda de que la gente que compra productos de
Apple Computer por su aspecto se queda maravillada por el sencillo sistema
operativo que incorpora la compañía.
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