“Dirty
habits – that’s what my clothing is all about”
Existe otro Los Ángeles al margen de las relucientes piscinas
color turquesa de David Hockney y el
agresivo <Viva Hollywood!> .Fea, pobre, decadente y más que eso poco
perversa, ésta es la cara de su ciudad adoptiva desde 1994 que Owens
ha adoptado por evocar con su ropa. Pese a haber conquistado a numerosos
partidarios de su moda desde Barneys a Browns, no empezó a presentar
formalmente sus creaciones hasta febrero de 2002. Owens no tiene intención de
mudarse a la Costa Este. Nacido en 1961 y criado en Porteville ( una pequeña
población del sur de California), entre porros, cerveza y la música de Lynnard
Skynnard, Owens también leía el Vogue francés, descubrió a Mugler y escuchaba a
Mahler. Owens siempre se ha sentido atraído por la perversa sofisticación urbanita.
En 1979 se trasladó a Los Ángeles para estudiar pintura en la academia Otis
Parsons. Decepcionado con el mundo del arte, se especializó en corte de patrones
en una escuela técnica, y posteriormente trabajó en el sector de las prendas de
ocasión.
Aunque poco ortodoxa, esta formación proporcionó al trabajo
de Owens una rigurosa base técnica. El diseñador cita también influencias
históricas como Vionnet, Fortuny y Grés, modistos todos ellos famosos por su
interpretación escultural del cuerpo. Todo ello confiere a la ropa de Owens
sutileza y serenidad: formas elegantes y
alargadas, colores suaves y la insistencia en una fabricación exquisita pero
experimental. Con un toque desastrado al estilo Hollywood Boulevard, sus
creaciones dan la impresión de ser un compendio de todo lo expuesto más arriba
atropellado por un coche robado.
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