Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


viernes, 22 de junio de 2012

Bruce Nauman



Bruce Nauman es uno de los artistas conceptuales más importantes de los Estados Unidos de Norteamérica. Aunque recurrió muy a menudo a la fotografía y al film- especialmente entre 1967 y 1970- él sólo consideraba a esos medios como formas de documentación apropiadas para captar su <Body art>. Para Nauman, la fotografía representaba una interesante alternativa para los soportes tradicionales, pues ofrecía las ventajas de ser rápida, técnicamente simple y (todavía sin la carga que significan los prejuicios del mundo del arte.
Sus Estudios para hologramas de 1970, se basan sobre un film de 1967 titulado <thighing> (Muslo). El artista ya había realizado en 1968 una primera serie de hologramas proyectados sobre vidrio y titulada Haciendo muecas. En 1967, Nauman había dibujado cinco bocas humanas en posiciones no naturales, con el siguiente comentario:< Los dos labios vueltos hacia el exterior; boca abierta, labio superior estirado hacia abajo por el índice derecho; los dos labios esturados y tensos sobre los dientes – boca abierta. Como arriba, pero boca abierta. Los dos labios aplastados de costado por el pulgar y el índice de la mano derecha> En la serie de estudios para hologramas, Nauman deformó su rostro de una forma semejante, sometiéndolo a estiramientos y desfiguraciones extremas que desembocan en el absurdo; esos estudios evocan lo que me interesaba era hacer algo extremo>, declaró Nauman refiriéndose a esos trabajos. <Si sólo hubiera sonreído, no habría valido la pena tomar una fotografía. Me hubiera bastado simplemente anotar lo que había hecho. Hubiera podido confeccionar una lista de las cosas que se pueden hacer así. Pero existía el problema de los hologramas, que exigen tal fuerza de expresión que se corre el riesgo de no pensar en el aspecto técnico>
Nauman estudió en una serie de filmes el problema de la ocultación de sí mismo tras una máscara. El artista declaró a propósito del film <El arte make-up> (1967-1968): <El make-up> no se supone necesariamente anonimato, pero sí, de alguna manera, distorsión; algo detrás de los cual uno puede esconderse. No revela ni expone nada. A menudo, la tensión de la obra gira en torno de todo eso. Lo que no obtenemos, no lo obtenemos. Eso es todo.>


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