Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


lunes, 9 de julio de 2012

EXILIADOS de Cynthia Meléndez Montoya



Cerca y lejos de nosotros existen colectivos sociales empeñados en preservar viejos paradigmas, grupos humanos para los que no existe más allá que la costumbre y donde lo establecido es impermeable a la punzante ligereza del pensamiento renovado de nuestros tiempos. Es siempre el fotógrafo observador activo de estos eventos ocultos tras la cotidianeidad, activo en cuanto que lo que observa es, de por sí, acto de comunicación materializada en imagen elocuente.
Es en este contexto, que la autora encuentra un grupo de exiliados y autoexiliados de la realidad que les corresponde habitar, personas que, por una u otra razón (comprensible o no) ha sido obligados a ocultar su identidad, sus preferencias y convicciones. Postergados en el mismo espacio que los vio nacer, “Exiliados”, pretende retratar un recorrido interno, la soledad del abandono propio. El desapego de uno mismo y de la propia identidad. Se propone como un ensayo del silencio, del deseo de anonimato, en un espacio que nos pierde y que no deja mostrar quiénes somos realmente.
La lente se posa sobre el correlato entre el personaje y el espacio del exilio, espacio común a todos, territorio ordinario que sirve como prisión o ámbito vital, dependiendo de quién seas y qué hagas, dependiendo al fin de cuentas, de con quién estés de acuerdo o en desacuerdo. Los personajes, hermosos y solitarios, ocultan el rostro detrás del mismo velo que recubre su entorno, transfigurando lo ordinario en el escenario onírico de la representación necesaria para la supervivencia. Exiliados nos pone al tanto del ejercicio de la libertad y del lugar en el que este se lleva a cabo, nos cuestiona sobre la amplitud de acción en nuestros propios espacios y sobre la habilidad adquirida de ocultarnos en ellos.

Germán Vegas.


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