Viviendo la posteridad


Ya estamos instalados en la posteridad. En cada pequeño acto de nuestra vida cotidiana, está la intención de dejar una pequeña huella, una marca. Por ejemplo, en el mensaje que dejamos en nuestra red social favorita, ese que todos leerán si nos morimos antes de desactivar la cuenta; en las fotos de la última fiesta o reunión, que colgamos presurosos y exhibicionistas. O en los blogs que llenamos con nuestras obsesiones preferidas.

Vivimos para una imaginaria posteridad, cuando menos podemos jugar a que esta existe, y tomar la delantera eternizándonos en mensajes, ideas y opiniones.

Por eso invitamos a quien lo desee, a dejar una huella en este espacio.


lunes, 9 de julio de 2012

Goldfrapp | Felt Mountain (2000)



Sello discográfico | Mute
Producción | Alison Goldfrapp · WIll Gregory
Dirección artística | Alison Goldfrapp
Nacionalidad | Reino Unido
Duración | 39:36

<No puedes explicar todo lo que haces. Nadie puede… sacar a la luz lo subconsciente… No siempre sabes por qué haces las cosas.>


Etiquetar es el pasatiempo favorito de los críticos. Pero este álbum de debut se resistió a las categorizaciones: no suena parecido a nada que se haya escuchado antes.
Música electrónica cinematográfica, a ratos glacial y a ratos decadente, al mismo tiempo seductora y amenazante. La singular manera de cantar de Alison Goldfrapp se había podido apreciar ya en unas cuantas muestras antes de Felt Mountain, la más notable de ellas el Maxinquaye de Tricky, pero encontró su auténtico lugar junto a las extrañas y maravillosas composiciones orquestales de Will Gregory, con sus cuerdas y oberturas de tono sobrenatural.


El álbum no podría haber tenido un inicio más raro que <Lovely Head>. Un enrevesado melodrama: los silbidos introductorios, letras descolocadas como <Frankestein would love your mind> e inventivos arreglos que evidencian a las raíces DIY del álbum. Todo ello desequilibra en un principio, pero el número de gente que quiso adentrarse en su punto de vista fue lo bastante numeroso para permear en la conciencia británica y ayudar a que el álbum vendiese un total de medio millón de copias.



El resto del disco no es menos convincente. Goldfrapp se muestra en su moderna versión de Sally Bowles de Cabaret, convirtiendo su voz en un instrumento que va más allá de las meras palabras.  <Human> es un estudio de heladora indiferencia, el tema que da título al álbum es hipnótico, en tanto que <Oompa Radar> es, pura y simplemente, raro. A pesar de todo, las huellas cinematográficas de Gregory están por todas partes; hay un guiño a Sergio Leone en las notas de la cubierta, pero también habría que mencionar a John Barry y a Ennio Morricone.
La banda sonora de una película que tendría que hacerse. Por una vez, el adjetivo<único> es la más adecuada definición.


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